lunes, 8 de marzo de 2010

A primera vista

Está sorda en su lindura y en su extraviado pasear, no mira donde yo quiero y desgraciadamente yo sólo puedo hacerme notar si ella lo desea.
Aún recuerdo que no hace mucho tiempo ella me olvidó en casa, salió y yo me quede en aquel lugar donde olía a vainilla, como el gel, la crema, el champú y la colonia que usa. Poco a poco se fue el olor con ella y yo me quedé allí, aburrido, mirando hacia un techo blanco que carecía de vida, paralizado desde que nació, paralizado para albergar intimidades de mi fiel compañera y de su hermana, aunque en ocasiones también del clon de mi compañera. Estaba muerto de frío. Lo cierto es que allí, aquel día, observando el techo que cada vez parecía estar más cerca de mí, me dí cuenta de la falta que me hacía ir colgado de su cuello, perfectamente acomodado en su pecho, en un lugar más que privilegiado, con los ojos bien abiertos sin dejar de absorber el permanente regalo de vida que ella me hace a diario, viviendo su vida como si fuese la mía, despertando simpatías por mi fidelidad a ella, o más bien, por su fidelidad a mí. Y esto es muy cierto, sé que podría elegir cualquier otro compañero, pero a diario, y esto es fundamental, me elige a mí y sufre aquel día que por razones superiores a ella ha de dejarme en casa. Esos días se acerca a mi y me susurra algunas palabras bonitas, después noto que se ríe de ella misma, pues piensa que yo no la escucho, ojalá pudiese decirle que si que la escucho y que agradezco el regalo de vida que me ha dado y esas dulces palabras.
No sé si mi pensamiento es como el vuestro. Me extrañaría que lo fuera, pues somos muy distintos. Yo nací en sus manos: de su calor, de su tacto y de su sonrisa, sobre todo de su sonrisa, pues ya lo he comprobado, ella genera, ella nos crea, ella nos engendra con una sonrisa de oreja a oreja, aunque a veces las cosas no le vayan bien. Así nací, en unas manos que a veces titubean y no saben por donde seguir su camino, que no saben que frase escribir, que no saben como definirse ni a que manjar de fruta saquear. Soy de arcilla polimérica, tal vez por eso, absorbo tan bien vuestra realidad, por que soy muy distinto a todos vosotros y veo las cosas como son. Aunque nunca sabremos quien lleva razón, si vosotros o yo. Pero, desde aquí, desde el lugar privilegiado que ella me dio, sé más de su vida que todos vosotros e incluso que ella misma.
Por todo eso, y mientras mi corta vida me lo permita, quiero ser su voz, aunque sea a escondidas y aunque todo esto termine de forma violenta y trágica si ella llega a descubrirme, pues tal vez, cuente más de lo permitido, más de lo imaginado y ella, por como es, decida apartarme para volver a ocultarse bajo su maquillaje.
Mi vida es corta sí, debéis saberlo. No me cojáis cariño, no me queráis, ni mucho menos me améis, pues cuando menos lo esperéis, puede que me encierren en un cajón y nunca más me dejen ver y soñar, o puede que acabe colgado de otro cuello y de otro olor, o puede que me pierda y mi corazón se haga añicos, o puede que me rompa por un fuerte y duro golpe y deje de ser, o puede que me olvide de escribir y no os lleguen mis palabras, o puede que pierda la cabeza y no sepa lo que diga…Todo eso y más.
Advertidos estáis, pero no por ello, si se diese el caso, debéis perdonarme si os abandono.

T.R.

2 comentarios:

  1. Tan sutil, de sonrisa y de hecho,
    de mirada y de convicción.
    Bautizado fue por el septiembre
    mes, como su madre, al calor de
    unos folios monótonos que quisiera
    olvidar ella (y yo).
    Sé que sabe que sé que lo veo
    como a un pequeño diablo enredando
    la cuerda como un balancín
    que ha perdido el equilibrio.
    Y ella tiene las manos de cereza
    y tan redondas (que se diría que
    son todas de algodón) como la
    esfera de sus pensamientos
    (a veces, tuyos y míos, perdidos).
    Le cuelga la lengua como una te
    invertida y a veces cuenta
    secretitos por debajo de la piel.
    Sabe respirar, y ella lo hace
    por los dos, como un payaso
    risueño que ha dejado
    c
    a
    e
    r
    la locura en mis versos.

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  2. Me encanta Al. Temerca está feliz. Dice que eres el mejor padrino del mundo. Un besito

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